En la noche del 20 al 21 de marzo el día y la noche tienen la misma duración. La naturaleza despierta de su largo sueño, empiezan a abrise las flores, la hierba nueva cubre los prados y muchos animales se aparean siguiendo su instinto primordial. En los países Célticos esta fiesta indicaba el inicio de la estación de la siembra. Se celebraban la fertilidad, el crecimiento y la vida. Los principales símbolos de la fertilidad eran el conejo, las flores y los huevos.
En este día suele irse a los prados en buaca de bellas plantas de tréboles. Esta planta tenía un gran valor en el mundo Céltico, ya que se dice que había inspirado el símbolo del "triskele" que representaba tanto las tres edades de la Diosa como los mundos físico, mental y espiritual, y era uno de los símbolos célticos mas importante.
En esta festividad es posible llevar a cabo rituales de consagración de instrumentos adivinatorios y talismanes. Por tanto, se pueden preparar sobre el altar los talismanes que nos sirvan y que pretendamos regalar y bendecir.
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