Estos extraordinarios hechos ocurrieron durante el siglo XVII, en Salen, situado en Massachussets.
Salem nunca fue un pueblo de acción y los colonos ingleses que se habían establecido allí impusieron el cristianismo, por lo tanto las actividades ejercidas por Tituba, criada del ministro-reverendo Samuel Parris, para entretener a las niñas Betty y Elizabeth Parris, y Abigail Williams (hijas y sobrina del reverendo), fueron mal vistas por el pequeño pueblo.
Tituba sabía leer la fortuna e impresionablemente la clara del huevo. Esta ultima consistía en echar agua y la clara de un huevo en un vaso de cristal que contuviera una vela encendida dentro, para poder ver la silueta del futuro esposo en el humo de la vela cuando esta se apagara. Según otras fuentes utilizadas para la investigación, solo Tituba y la anciana Martha Cory eran las únicas capaces de realizar con exactitud este acto.
Poco a poco la actitud de las niñas Parris iba cambiando. Según algunas crónicas la primera comenzaba a llorar sin motivo, mientras la otra corría en cuatro patas y ladraba como perro. Otras chicas también se comportaban de forma extraña, como por ejemplo, Ann Putman, de 12 años, quien declaró ante la corte que había peleado con una bruja que había intentado decapitarla.
Un tiempo después Tituba declaró que era una bruja, y que uno de sus espíritus había atacado con un cuchillo a Ann Putman intentando decapitarla. También dijo que ella no era la única bruja en Salem y acusó a las niñas Parris de ejercer esta actividad.
Por otro lado las niñas Parris declararon que obraban obligadas por Satanás, y que ellas podían reconocer a los que practicaban la brujería y de esta manera “ayudar“ a los ministros a capturar a los “enemigos”. Así que las chicas Parris se dedicaron a acusar a todos a quienes ellas querían, incluyendo al esposo de Tituba, al cual acusaron de elaborar un pastel con harina de centeno y orina de niño. Esto último nos deja ciertas dudas por la ausencia de pruebas físicas.
En una audiencia celebrada en marzo de 1693 se descubrieron muchas cosas. Por ejemplo, Tituba declaró sobre la existencia de un hombre alto de Boston, el cual fue identificado como Jhon Proctor, el cual poseía el libro sagrado, un libro que contenía los nombres de todos los brujos y brujas que habitaban el Salem. También se descubrió que Proctor tuvo un romance con Abigail Williams, cometiendo así adulterio contra su esposa, Elizabeth Proctor, quien fue acusada de brujería por Abigail antes del arresto de Proctor, aparentemente por celos.
Otro acusado fue Giles Cory, de 80 años, quien se negó a declarar cuando se le acuso a él y a su esposa, Martha Cory, de brujería. Murió aplastado con piedras por los guardias encargados de hacerlo hablar. A este brutal sistema se le conocía como “el detector de mentiras” y se utilizaba de la siguiente forma:
Se amarraba al acusado a cuatro postes a unos centímetros del suelo y se le iba haciendo preguntas, si este no contestaba se le colocaba una enorme y pesada loza de piedra sobre la espalda; mientras el acusado se siguiera negando a declarar se le seguiría agregando mas lozas. Si el acusado sobrevivía dos días a esta masacre se le consideraba inocente, pero como es de suponerse nadie lo logró, lo que según los ministros demostraba que todos los acusados eran culpables.
Como solo los que se negaban a declarar eran ejecutados Tituba se salvó y luego fue vendida por Parris.
En siete años fueron ejecutados siete hombres, trece mujeres, doscientas personas fueron arrestadas y doscientas mas habían sido acusadas por las niñas Parris. Nadie fue quemado en la hoguera como se cree. Cuatro años después de los juicios de Salem, los jurados utilizaba de la siguiente forma:
Se amarraba al acusado a cuatro postes a unos centímetros del suelo y se le iba haciendo preguntas, si este no contestaba se le colocaba una enorme y pesada loza de piedra sobre la espalda; mientras el acusado se siguiera negando a declarar se le seguiría agregando mas lozas. Si el acusado sobrevivía dos días a esta masacre se le consideraba inocente, pero como es de suponerse nadie lo logró, lo que según los ministros demostraba que todos los acusados eran culpables.
Como solo los que se negaban a declarar eran ejecutados Tituba se salvó y luego fue vendida por Parris.
En siete años fueron ejecutados siete hombres, trece mujeres, doscientas personas fueron arrestadas y doscientas mas habían sido acusadas por las niñas Parris. Nadie fue quemado en la hoguera como se cree. Cuatro años después de los juicios de Salem, los jurados firmaron una confesión de error y suplicaron clemencia, esto causó un gran alboroto en la sociedad, pues esto fue la prueba de que muchas personas inocentes habían muerto sin razón.
Catorce años mas tarde Ann Putman declaró que había obrado engañada por el diablo, pero a de entenderse que si ella sabía con quien estaba tratando, debió de imaginar las consecuencias que esto traería.
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