Enciende una vela plateada y un sahumerio de sándalo una noche de cuarto creciente. Invoca a la Luna diciendo:
"Oh, Diosa Blanca, protectora de los afectos, libera las contradicciones que impiden que mis relaciones sean satisfactorias. Extiende tu manto blanco para hace resaltar lo bello que hay en mí.
Que así sea, que así sea, que así sea y así ocurra."
Deja que se quemen, tanto la vela como el incienso, hasta el final mientras reflexionas o meditas. Observa los cambios que se producen en tu vida. Puedes repetir el rito tantas veces como quieras. Recuerda, sin embargo, que la Magia es una cuestión de concentración, constancia y fé en el ritual que realizas.
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